Qué tienen esas nuestras cabecitas, que de una cosa podemos sacar mil. Ya una misma persona puede interpretar diferentes cosas de una sola, imaginaros cada uno de nosotros los pensamientos tan dispares que podemos llegar a tener. De aquí los distintos puntos de vista.
Esto me lleva a que nuestra manera de ser, actuar y expresarnos con los demás está condicionada por el que pensaran, el que dirán, y no nos mostramos tal y como somos. ¿Somos realmente libres?
Vivíamos en un país de represiones y somos nosotros mismos los que reprimimos ese nuestro yo. Y me pregunto ¿Qué más da si el de al lado, o el de más allá, cree que quieres, pretendes o piensas cosas que no son? importa, sí, tienes que hacerte entender; pero no es esto a lo que me refiero, sino a lo que impulsa a la timidez a cortarte en tus palabras, en tu manera de actuar. Tu eres realmente el que se conoce, el que conoce tus intenciones; y si no te sientes seguro de lo que haces, nunca serás realmente libre y por tanto feliz.
Esta claro, interpretamos lo que queremos, ¿quizá lo que nos gustaría? Nunca debemos dar por hecho nada.
He querido comenzar mi blog con esta entrada, porque es lo que quiero que sea este, mi forma de liberación, y dar pie a la libre interpretación.
Espero que os guste! :)
